Hace unos días intervine en una mesa redonda, organizada por el Ayuntamiento de Tijarafe, para charlar sobre retos y oportunidades en el sector del turismo rural en Tijarafe. Estuve acompañado por un grupo de profesionales que, aparentemente, sólo nos vinculaba el turismo. Sin embargo, al ver sus nombres, observé que la mayoría eran algo más, eran o fueron clientes de Yonedev. Y así lo expresé ante todos los asistentes al evento.

Allí estaba mi primer cliente o, como dije, el paciente cero. Un proyecto turístico desarrollado en un lejano 2006 que inicio todo lo que hoy soy. También formaba parte de la mesa redonda, el responsable de la empresa que confió en los servicios de Yonedev cuando regresé a La Palma en 2013 y que, curiosamente, no lo había conocido personalmente hasta ese mismo día. Además, estaba el gerente de la empresa con la cual colaboro diariamente desde 2017, y donde comparto trabajo con un excelente grupo de personas.

En todos estos años de trabajo, es evidente que he tenido buenas y malas experiencias con proyectos, clientes y/o socios… No todo es maravilloso, ni un camino de rosas, ni yo meo colonia. Pero, concretamente, con estas personas todo lo que he guardado en mi memoria han sido cosas buenas e, incluso, han sido partícipes del inicio de etapas significativas de mi vida y profesión.

Ver el pasado desde arriba, te da una perspectiva diferente de las cosas. Corroborando lo que siempre he defendido, el trabajo y los buenos actos nos colocan en el lugar que merecemos. -Y lo mismo cuando nos portamos mal-.

Como dijo Diego, uno de los nombres propios detrás de mi primer cliente, en la mesa redonda – Aquí lo único que hay que hacer es trabajar -. Y ese es el único camino.