El viernes, 1 de febrero de 2013, me desvinculé completamente de la empresa de la que fui cofundador, copropietario y trabajador, no hay más nada que decir sobre esto. Sin embargo, no podía marcharme sin rendir pleitesía a las personas que han enriquecido mi vida laboral con su profesionalidad y humanidad.

Todos mis respetos para estas grandes personas, sólo su recuerdo me hace sonreír cuando miro atrás. Ellos merecen más que una simple mención a su nombre. Por y para ellos, hoy escribo.

Javier Oramas: Sin duda, la persona con la que más horas compartí en aquella oficina. Desconocido para mi, hasta hace dos años. Era el abuelo de la oficina. Sus años son experiencia, sabiduría, saber estar y muchísimo sentido común. Ahora estará leyendo esto, reirá y dirá -¡Qué cabrón!

¡Gracias Javi! Aquel videojuego casual y su protagonista te deben su nombre de pila. Hiciste de Gepeto con aquel surfero de formas sensuales. ¡Si hasta fuiste un temido corsario con tu barco pirata! Tu obra ha sido magnífica.

Jonathan Ip: Ese medio chino que le encanta filosofar. Un ilustrador de pensamientos profundos, si señor. He visto poca gente que afrontase, cada proyecto, con la ilusión que lo hacías tú. Me hubiese gustado compartir más tiempo contigo, pero la situación no pudo prolongarse.

Guillermo Pérez Rancel: El asesor estético del enterrador y de los zombis del primer videojuego casual que desarrollé. Su paso por el estudio fue fugaz, pero sus ilustraciones dejaron un recuerdo perpetuo.

Alicia Borges: De su imaginación salió el cementerio donde despertaron los zombis que Guille dibujó. Compartí con Alicia mesa y los primeros meses de trabajo, su presencia era absolutamente gratificante. Estoy muy orgulloso de haber trabajado con dos pedazos de artistas como Ali y Guille.

Leticia Rocha: Sí, es mi hermana. Pero, además, durante un tiempo fue parte de mi equipo de trabajo. Su tarea era crear y gestionar la estrategia de comunicación del estudio y así lo hizo. Durante 8 meses, fue nuestra community manager, blogger, redactó notas de prensa y otras tareas relacionadas con la comunicación de la empresa.

Prometí comprarte un tablet como gratitud por tu trabajo, pero nunca llegó. Por las razones que tú conoces. Al final, te regalamos, entre toda la familia, un iPad por tu cumpleaños. Tómalo también como gratitud por tu buen trabajo.

José María Rodríguez: No fue parte del equipo de trabajo que estuvo en la oficina, pero fue una de las personas fundamentales en los inicios de la empresa. Gracias a su diplomáticas gestiones, pudimos cobrar un trabajo que llevábamos meses reclamando. Nos gestionó algún que otro problema más. Y, cuando fui para Tenerife, se ofreció a ayudarme a buscar trabajo para mi novia. Son cosas, que nunca olvidaré. Gracias JM.

Carlos Luis González: Mi amigo charly, un pilar fundamental en mi formación y en mi desarrollo como profesional. Carlos ha sido mi administrador de sistemas informáticos, tanto en mi anterior etapa freelance, como en la empresa. Permaneció siempre a la sombra, pero su trabajo era piedra angular de multitud de desarrollos que realicé. Cuantas veces me libró de que me liase la soga al cuello. ¡Qué grande eres Charly!

Abraham Barreto Luis: Nos conocemos desde el colegio. Pero no fue hasta finales de 2011, cuando realizamos nuestro primer trabajo juntos. Lo contraté para realizar un proyecto puntual, era la prueba para ver cuales eran sus capacidades. Después de ese proyecto, disipe cualquier duda. Abraham es la persona perfecta para complementar mis desarrollos. Un profesional como la copa de un pino.

Daniel Francisco Barreto: Amigo de la infancia y compañero de estudios. Gracias a Daniel, tuve mi primer dispositivo iOS, un iPhone 3GS, que me dejó para desarrollar y que todavía conservo. Sin su ‘donación’ no hubiese podido llevar a buen puerto mis primeras aplicaciones para dispositivos móviles.

Felipe Lorenzo: Para cerrar la ronda de agradecimientos, y no por ello menos importante, Don Felipe, -Coordinador de proyectos de ADER La Palma. Confió en mí, en numerosas ocasiones, y por eso se merece esta mención. Nos conocimos después de enviar, a ADER, mi curriculum para impartir un curso de PHP. Me contrató y gracias a ese dinero pude seguir dedicado a mi sueño.

Posteriormente, me ofreció realizar la aplicación móvil de Infoisla, la desarrollé como una colaboración. Era mi manera de agradecer a ADER que, gracias a su curso de PHP, conocí a una alumna que hoy es mi novia.

Estas personas no merecen que yo olvide lo fundamentales que han sido, para mi, en estos últimos años. De nuevo, gracias a todos.