Aclaración 03/12/2012:

  • La situación descrita en este artículo, con mi exsocio, D. M., es anterior a la constitución de Grupo Promineo S. L. (GP).
  • Mi horario de trabajo era, la mayoría de ocasiones, de 8:00 a 20:00 o 21:00 horas. Nadie me ha obligado a invertir esa cantidad de horas. La razón de mi dedicación plena a mi trabajo ha sido porque me apasionaba lo que hacía.
  • No pretendo agredir a ninguno de los componentes de GP, ni difamar la imagen de esta empresa.
  • Con este artículo, únicamente, intento explicar ‘libremente’ por qué dejo GP.

A mis chic@s de Promineo.

No es una fotografía cualquiera. Una imagen, sin significado para los ajenos, que congela el último año de mi vida. Un año que no puede olvidar a sus antepasados, cinco años más añejos, que pasé en otra silla, en otra mesa, en otro lugar… luchando por la misma causa. Suman seis. Seis años que pasan a mi archivo histórico vital. Dejo Promineo Studios.

Acaba un sueño, en el que invertí cada segundo de mi vida para que cruzara las fronteras de la realidad. Un sueño que, desgraciadamente en algunos momentos, he visto como se distorsionaba por voluntades ajenas a la mía.

La vida sigue, en ella no existen los finales terminales. Promineo Studios no acaba con mi adiós, ni yo acabo con Promineo Studios. He pasado por momentos muy duros de los que me he levantado una y otra vez, una y otra vez, una y… No, ahora debo evitar caer… otra vez. Un final es un trámite burocrático que hay que completar para volver a comenzar. Esta carta de despedida es ese trámite. Comienza Yoné Rocha.

He vivido buenos momentos en ese rincón. Pena que, los malos momentos por número y sacrificio han superado mi paciencia. Me siento incapaz de seguir al pie del cañón sin inmutarme como hasta ahora. Han sido demasiadas cosas las que he tenido que aguantar encima de los méritos conseguidos a costa de no parpadear ni un instante en mi trabajo.

Un ciclista de élite, cuando participa en una carrera, se aísla de todas las interferencias que lo pueden alejar de la victoria. No veo a Alberto Contador, por ejemplo, firmando autógrafos en medio de la ascensión de un puerto de montaña. Como tampoco recuerdo al Chava Jimenez parando a dos kilómetros de meta porque un aficionado le gritase que la bicicleta no era adecuada para afrontar el último repecho de la etapa. Pues bien, mi carrera ha concluido, he ganado como lo haría un ciclista, sin hacer caso a las distracciones de la etapa.

No me voy derrotado ni, como dice el gentío, con el rabo entre las piernas. Soy consciente de lo que he hecho en Promineo, cada videojuego y aplicación han sido moldeados por mis manos, en ningún momento he alardeado de eso y he sacrificado mi ego personal por el bien de este grupo. Sin embargo, es hora de afrontar nuevos proyectos que demuestren mi valía personal. Y sí, con este párrafo pretendo ser todo lo egocéntrico que no he sido hasta ahora.

Me llevo muchísimas anécdotas. Una de las que me marcó fue, cuando una de esas personas que entró en esta empresa sin mi venia, me dijo. -Yoné, you are silent terrorist. Esa persona entendía que yo era demasiado reservado y callado para tratar con mis empleados, nada más lejos de la realidad. En esos días de charlatanes, yo estaba en un estado de concentración absoluto para conseguir nuestras metas, poco me interesaban esas mesiánicas palabras que nos alejaban cada día de nuestros objetivos. El tiempo me dio la razón, seguir mi propia filosofía colaboró muchísimo en que esta empresa actualmente siga viva. Si hubiese quedado encandilado con el How to de uno de estos seres inspiradores hubiésemos perdido la partida sin haber comenzado a jugar.

También recuerdo cuando levanté los cimientos de esta empresa junto a Isidro. Yo era un chaval trabajador. Sin embargo, no valoraba lo suficiente mis aptitudes, todo me quedaba grande. Esa percepción de mi ser quedó atrás. Hoy salgo de aquí con unas ganas enormes de devorar el mundo de oportunidades que se presenta delante de mi. Y ante todo, con una seguridad absoluta en mi posibilidades.

Ahora mi prioridad es recuperar mi vida. Hacer todo aquello que dejé por dedicarme en cuerpo y alma a este proyecto. Estar con mi familia y amigos, recuperar mi sonrisa. Olvidar toda esa ristra de capullos y falsos, que en los últimos años han contaminado mi alma. Efectivamente, he dicho capullos y falsos.

He conocido mucha gente que no soporto. Algunos, supuestos colegas de profesión, otros, genios de los negocios, creativos, ‘artistas’… pero todos, personas que no se mueven por méritos, sino por decir un indemostrable, yo soy. Muchos son la involución viva del ser humano. Otras personas, eso sí, se llevan mi absoluta gratitud, entre los que destaco a todos y cada uno de los que han formado Promineo. Bueno, menos uno, mi anterior socio, D. M. Este señor quería echarme de Promineo. Él llevaba tres meses con nosotros, yo cuatro años trabajando de sol a sol y, encima, era uno de los fundadores. Su razón para mandarme a mudar era que yo desaparecí de escena durante una semana. Qué desconsiderado era yo. Aparqué mi trabajo, porque mi padre tuvo unos problemas de salud y mi prioridad era mi familia.

Chic@s ha sido un orgullo haber jugado con todos vosotros. Sé, de voz propia, la estima, afecto y valoración que cada uno me tiene. Puedo decir que ese afecto es recíproco, el día a día ha creado entre nosotros un vínculo de amistad. No olviden nunca el que fui aquí dentro.

No seré freno para el progreso de esta empresa, seguiré siendo socio, pero dejo de participar en el juego. ¿Volver algún día a trabajar en Promineo? Nunca se puede decir nunca jamás. Pero ahora mismo es una posibilidad que descarto. Aún así, en dos, tres, cuatro meses puede pasar de todo.

Ahora Regreso a La Palma, durante el mes de diciembre para trabajar en Mayorarte. Para el 2013 tengo proyectos en agenda que voy a hacer. Pero, eso sí, en todo lo que haga quiero sentirme libre.

No me voy pensando el que fui ni el que soy. Me marcho soñando la persona que voy a llegar a ser. Y, para ustedes, como dijo Carl Sagan; Sáquenle el máximo partido a esta vida.